Como reza el título, no basta con las estadísticas para acertar a la combinación ganadora; si así fuera, ya nos habríamos ganado el pozo del Loto varias veces. Pero es mejor conocerlas que jugar a ciegas.
En estricto rigor, cualquier combinación tiene la misma probabilidad de salir, independiente de los números que la compongan, sin embargo, muy pocas personas se animan a jugar la combinación 1, 2, 3, 4, 5 y 6, ni cualquier otra con seis números seguidos, pues intuimos que es poco probable que ocurra. Las estadísticas corroboran esta creencia: la secuencia más larga es de cuatro números y sólo ha ocurrido tres veces.
Como esta combinación «imposible» hay otras no tan evidentes pero que también son corroboradas por las estadísticas: combinaciones donde todos los números están dentro de una misma decena, o los números están equiespaciados, o combinaciones que ya han salido, etc. Pero hay otras que también parecen «imposibles» que sin embargo, no lo son tanto: combinaciones donde todos los números son pares, o impares, o primos, o aparecen todos los números de una misma terminación; si bien no aparecen con mucha frecuencia, las estadísticas nos indican que ya han ocurrido y por lo tanto se podrían repetir.
Entonces ¿qué falta para ganarse el Loto?. Es fácil decirlo, pero no hacerlo: descubrir cuál será la característica que tendrá la siguiente combinación ganadora, luego escoger los números que la compondrán, después jugar y cruzar los dedos. Cada uno de estos pasos puede ser apoyado con las estadísticas, pero siempre será necesario agregar el elemento sorpresa que depende de cada uno.