El anterior sorteo del Loto fue uno de aquellos que van en contra de todas las estadísticas. Para empezar no apareció ningún número repetido del sorteo anterior, ni tampoco aparecieron números en secuencia ni terminados en un mismo dígito. Si hacemos caso de lo que tuitió el Apostador, esto no había pasado hace 44 sorteos a pesar que ocurre una vez cada 32 sorteos. No es lo único: lo normal es que la suma de los números de la combinación ganadora sea entre 106 y 148 y esta vez fue 60. No fue la primera vez, pues ya había sucedido en el sorteo #3680, y en otros siete había sido aún menor. Casi obviamente, las distribuciones de números pares-impares (4-2), primos-no primos (1-5) y de catorcenas (5-1-0) no fueron lo esperado.
El mayor número de la combinación ganadora fue 18, lo que nunca antes había ocurrido, aunque en seis ocasiones había sido aún menor. Si alguien se hubiese propuesto no jugar ningún número mayor a 18, entonces todas las combinaciones posibles habrían sido solamente 18.564 y jugando sólo al Loto ($1.000), habría tenido que desembolsar $18.564.000, y a pesar de que el pozo no estaba acumulado, se habría embolsado algo así como $250.000.000, es decir una rentabilidad de 1.347%. Claro, dirán ustedes, después de la guerra todos son generales. Es cierto, pero no deja de ser menos cierto que la posibilidad real de ganar al Loto basado en las estadísticas, existe.
Ahora el pozo se ha acumulado y se estiman a repartir $350 millones. Dos preguntas saltan a la vista. Primero, ¿seremos capaces de escoger 18 números dentro de los cuales se encuentren los 6 ganadores? Segundo, ¿irá a haber más de un ganador del sorteo? En realidad hay una tercera pregunta compuesta que es más fácil contestar: ¿tengo 19 millones de pesos y estoy dispuesto a jugármelos en el siguiente sorteo? Por mi parte, yo no los tengo, así que jugaré dos luquitas y veré que pasa.