Sin que se note mucho, da la casualidad de que los tres pozos del Loto (Loto, Revancha y Desquite) se han acumulado sobre los $1.000 millones estimados a repartir cada uno. Ninguno de ellos es, por sí sólo, capaz de atraer a muchos apostadores, lo que es curioso, pues cuando ocurre, la mayoría de los jugadores esporádicos compra un boleto al azar “con todo”, es decir, apuestan $2.500 (multiplicador incluido) a seis números que les entrega una máquina. Esta apuesta les da oportunidad de acertar, al día de hoy, en nueve pozos distintos: a los ya mencionados más arriba hay que agregar Ahora sí que sí y cinco categorías de Jubilazo. Así que, en general, sólo cuando el Loto está muy acumulado es que vemos la avalancha de jugadores apostando.
Ya lo he comentado en otras ocasiones, una cartilla tiene las mismas probabilidades de ganar en cualquiera de los juegos y en teoría, podría ser ganador en más de un juego a la vez. Hasta donde yo he podido comprobar, nunca se ha repetido una cartilla ganadora en cualquiera de los otros juegos. La explicación es sencilla: si en cada sorteo se realizan nueve juegos distintos (lo que no es totalmente cierto, pues el Jubilazo apareció hace unos pocos años solamente), tendríamos un total de 12.456 combinaciones ganadoras desde que se utilizan 41 números. Esta cifra es insignificante en comparación a las 4.496.388 posibles combinaciones de 6 números entre 41; esto hace que la probabilidad de que salga una combinación nueva sea muchísimo, inmensamente mayor a que se repita alguna antigua.
Así que, si vas a jugar una cartilla, asegúrate que la combinación que elijas no haya aparecido previamente. Otro consejo es, dependiendo de tu presupuesto para juegos de azar, apuesta a la mayor cantidad de juegos posibles con una sola cartilla. Por último, yo no recomiendo jugar con multiplicador, pues este sirve para incrementar el monto de los premios menores del Loto (quina, súper cuaterna, cuaterna, súper terna, terna y súper dupla) y nosotros vamos por el premio mayor, no por migajas.